sábado, 8 de enero de 2022

Sabatinas en el corazón celebradas en oración

Dicen que año nuevo y vida nueva. ¿Tú crees que eso es así? ¡Anímate y déjame un comentario contándome si piensas igual o no! 

A mí me parece que hablar de una vida nueva es un poco exagerado aunque reconozco que, personalmente, he usado la expresión en incontables ocasiones. Y es que es innegable que el mes de enero con frecuencia nos anima al cambio, a recomenzar alguna cosa o a intentar adaptarnos a aquello que nos haya sobrevenido inesperadamente (tal vez sacándonos de nuestra zona de confort y trastocando nuestros planes). Y precisamente por ese motivo yo estoy hoy de vuelta por aquí.

Vengo con intención de publicar el segundo sábado de cada mes y mi objetivo con ello es poder seguir haciendo algo que, de alguna manera, a mí me estaba ayudando a vivir la fe y a sentirme más rociera. Hoy, dado que las sabatinas rocieras de San Pascual (Aranjuez), han pasado a celebrarse en el corazón, no podré invitarte a que te prepares para recibir la Eucaristía (no, salvo que al final tú te animes a realizar una comunión espiritual) pero sí quiero animarte a que te asomes al evangelio del Bautismo de Jesús y me digas si ves alguna huella rociera en él. 

El texto dice así:

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco». (Lc 3, 21-22)

¿No te parece que estos versículos pueden resonar un poco a prólogo de Pentecostés? Al leer "todo el pueblo [...], se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo [...]" ¿quién no piensa con estas palabras en lo que los rocieros vivimos cada romería del mes de mayo? 

Pero, sin embargo, yo hoy encontraba sentido rociero echando la vista atrás en el tiempo y haciendo una parada en el Camino para despedir la Navidad. Los rocieros nunca nos cansamos de mirar a la Virgen y contemplar en sus manos al Salvador recién nacido. Unos llegamos ante Ella como ovejas perdidas; otros, como los pastores, a ofrecer lo poco que tienen; y también muchos se postran cargados de regalos recordando a los Magos. En todos, al llegar ante su Inmaculada imagen, el denominador común que nos mueve y conmueve, es la Virgen, la Blanca Paloma, quien, como buena cantora de Dios, nos hace audible su voz potente y magnífica. (cf. Sal 29 (28), 4).

Desde las palabras de Isaías podría parecer que el Señor nos invitara igualmente a mirar a Jesús, su elegido, a quien prefiere y sobre el que ha puesto su Espíritu (Cf. Is 42, 1); pero quizá sería mejor que nos animáramos a reconocernos como tales ya que, por el sacramento del Bautismo, también descendió sobre nosotros el Espíritu Santo y nos convertimos en hijos adoptivos del mismo Creador para que, rociados de Gracia, y a imitación de Cristo, aprendamos a vivir haciendo el bien y no cesemos nunca de anunciar su Reino. ¡Los rocieros debemos ser unos evangelizadores comprometidos! ¿Tú participas ya en alguna misión de evangelización? Te animo a que si no lo haces y tienes la suerte de vivir al cobijo de una hermandad rociera propongas a la junta directiva trabajar en esa línea. Que nuestras obras, como si fueran rocío, fecunden la tierra de forma que aquellos que se crucen con nosotros en este valle de lágrimas se vean llenos de esperanza y de la alegría propia de nuestro carisma.

Que este año, que hace poco hemos comenzado, venga lleno de buenos momentos para poner en práctica las obras de misericordia. ¿Tú qué te has propuesto? ¡Compárteme alguno de tus propósitos, que me gustará conocerlos! 

¡Nos vemos, si Dios quiere, el 12 de febrero! 

¡No faltes a la cita! ¡Intentaré prepararla con mucho amor!

2 comentarios:

  1. Me parece muy interesante hacer camino, aceptar a los demás, y buscar la ocasión de ser útiles a los demás.

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    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias por el comentario!
      No sé si mis palabras podrán resultar de utilidad para alguien pero yo me alegro de haber sido "rociada" con esta ocurrencia y haberme podido sentar a escribir.
      Que mi camino lleve siempre dirección a Cristo y pueda recorrerlo de la mano de la Virgen (con o sin compañía, ya me da igual).
      ¿Tú participas en alguna misión de evangelización? Si la respuesta es que no pero te apetecería hacerlo seguro que puedo buscarte un hueco para que colaborares de alguna manera por este blog.
      ¡Dios te bendiga!

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