viernes, 28 de octubre de 2016

Spaghetti con setas y brócoli

Desde que cambié mi alimentación (puedes leer aquí cuáles son mis hábitos alimenticios) los platos que preparo son algo distintos. Si antes lo habitual para mí era cocinar la pasta con chorizo, jamón, bacon o carne picada; ahora suelo hacerla muchas más veces con verduras. De hecho no llevan carne ni el Käsespätzle, ni los canelones, ni las espirales con quinoa que hasta ahora he publicado. Y me temo que si eres un ávido carnívoro/a esta vez tampoco te va a gustar la propuesta que traigo. Pues que sepas que, si ese es tu caso, me entristece porque te vas a perder una maravillosa receta llena de vitamina C, fibra y con muchas propiedades antiinflamatorias y anticáncer. ¿Ni siquiera eso te va a animar a probarlos?



Ingredientes (para 2 personas):
200g de spaghetti
1 cebolla
brócoli 
250g de setas 
tomate triturado
Aceite, vino blanco, pimienta negra y sal

Preparación:
Se pone a calentar agua salada en una olla mientras se lava y trocea el brócoli. Cuando empiece a hervir se añade y se cuece.
Una vez listo se saca y se reserva. En ese mismo agua pondremos a continuación a cocer la pasta.
Cuando la pasta esté en su punto se saca, se quita el agua, se pone un poco de aceite en la cacerola y pone a dorar la cebolla troceada. Se limpian, se laminan  las setas y se incorporan también.
Se añade el brócoli reservado y un chorrito de vino blanco, dejamos que rehogue todo un par de minutos y volvemos a echar los spaghetti junto a unas cucharadas de tomate triturado. 
Cuando esté a nuestro gusto, servimos con un poco de pimienta negra molida y a disfrutar con un sencillo y sano plato. Ideal para salir esa tarde a dar un paseo o echar una carrerita.

Curiosidades y consejos:
Como siempre que te traiga una receta de pasta el tipo a utilizar se puede cambiar por otros que te gusten más. ¿Eres de macarrones? Pues cuece macarrones, ¿prefieres tallarines? ¡También valen! Solamente ten cuidado sin eliges una con sabores a otras cosas porque entonces no sé cómo puede quedar la mezcla. No siempre el resultado es bueno, te lo digo por experiencia.
Sé que comienza la temporada de setas y que tenía muchas donde elegir pero esta vez me he quedado con unas cultivadas típicas. Si tú prefieres cambiar mira que no tengan un sabor muy fuerte, no sé cómo van a combinar con el brócoli que tampoco es suave que se diga. Los níscalos quizá le vayan bien pero, por ejemplo, dudaría de los boletus o shitake. Si en vez de setas utilizas champiñón no pasa nada. 
El vino blanco que suelo poner a mis platos es la manzanilla o el fino.
El tomate puedes usarlo natural, batido y colado en el momento para quitarle las pieles y pepitas; de lata; o frito si es el que más te gusta y usas habitualmente. El resultado varía entre una opción u otra pero todas son válidas.
Y volviendo al brócoli... decirte que no he puesto cantidades porque imagino que igual aprovechas y cueces todo lo que tengas. Luego, para este plato en cuestión, selecciona una cabeza pequeña. ¡Y no te olvides de guardar el caldo donde lo prepares, puedes reutilizarlo en otras recetas! Por supuesto que también sirve ese brócoli que te ha sobrado de otro día y con el que ya no sabes qué hacer. En este caso cuece la pasta directamente y engánchate a la receta en el momento de dorar la cebolla. Y si te gusta la verdura durita, mi consejo es que no lo cuezas, mejor saca mini cogollitos y los pones a rehogar con la cebolla directamente. ¡Queda ríquísimo y mantiene mejor sus propiedades! Y a mí, en realidad, así es como más me gusta. 

¿Me cuentas cómo los prefieres tú y qué te parece mi propuesta?

2 comentarios:

  1. muy rica , si le agregas en lugar de tomate ,salsa de soja unos espaguetis estilo oriental ¡¡¡ besotes

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    Respuestas
    1. Debora, pues es verdad. No me dí cuenta del detalle, si no... lo hubiera puesto en los consejos por lo menos, jejeje.
      ¡Muchas gracias por tu sugerente comentario!
      ¡Besos!

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