Quizá me esperabais la semana pasada y os abandoné por irme a correr mi primera media maratón (podéis leer la crónica de la carrera aquí). Y encima ahora vengo y no os traigo una receta. Hay que ver. Lo sé, es posible que ya tengáis ganas de descubrir un plato nuevo pero... hoy no podrá ser, tengo que hacer un paréntesis porque ayer estuve en una actuación de esas que me gusta comentar (y también porque llevo 10 días sin poder cocinar, ya os contaré en otro momento). ¿Qué estuve viendo? Al grupo flamenco "Casares". Aquí os dejo el cartel y la reseña.
Reseña del concierto:
Con el nuevo horario de verano recién estrenado uno de los planes más atractivos que se podían encontrar por Aranjuez (y alrededores) para rematar la tarde de domingo, 30 de marzo, era el espectáculo flamenco que organizaba Dúo Puente en el teatro Lope de Vega de Ocaña.
La actuación tuvo lugar a las 20:00h y tenia un precio de 5€. Comenzó con unos minutos de retraso y un aforo algo discreto. La selección musical, en mi opinión bastante acertada, tocó distintos palos flamencos que sonaron de manera magistral en la voz de Rocío Camacho, toda una joven promesa y un auténtico descubrimiento. Algo más flojo se vio al invitado Pablo Zamorano quien se quedó en la interpretación de varias sevillanas y una bonita versión, por rumbas, de la canción Un ramito de violetas de Cecilia. Ya en la segunda parte llegaron Pedro Valenciano y su grupo de baile para dar cuerpo al cuadro flamenco. Éstos ofrecieron unas esmeradas coreografías y supieron brillar con destreza aunque, también es cierto, en algunos momentos dio la sensación que adolecían una leve falta de sincronización que seguro será subsanada con el paso del tiempo.
El espectáculo contó a su vez con un esmerado poeta que supo deleitarnos a través del recitado de algunos versos que iban proporcionando cierta trama a lo que estábamos viendo (y de cuyo nombre he querido acordarme pero no he podido); y, por supuesto, con la parte más importante y sin la cual nada habría cobrado sentido... Mario de la Peña (al cajón) y dos buenos músicos (mejores personas), Juan Camacho y Marían Montero, a la guitarra. Para ellos un doble aplauso, primero por su buen trabajo y después por su mejor interpretación. ¡Ojalá sea posible ver en más ocasiones puestas en escena como ésta!
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