El año pasado no pudo ser y la primera receta que compartí con vosotros fue un flan de turrón, pero en esta ocasión no podía resistirme y he buscado un hueco para poder contaros cómo he preparado lo más típico en estos días: el roscón de reyes.
Es la primera vez que lo preparaba y no sabía cómo me iba a salir porque, fiel a mi costumbre, he utilizado un popurrí de recetas. Lo mejor es que he tenido suerte y al final lo peor ha sido la foto (para no variar) ya que ha salido riquísimo y, sobre todo, tierno, tanto que al sacarlo de la bandeja del horno se me ha partido un poco... La verdad es que estoy muy contenta porque sé que este año voy a comer un roscón los más libre posible de aditivos y porque ya ha pasado una de las pruebas de fuego (la valoración de la familia) con buena nota. ¡Os cuento mi versión, que no es sino una vuelta de tuerca al bizcocho del yogurt, por si queréis animaros a hacerlo!
Ingredientes:
800 g de harina de fuera
25 g de levadura fresca
3 huevos
1 yogur natural
100 g de mantequilla
150 g de azúcar
1 naranja
1 limón
almendra laminada
piñones
125 ml de agua
sal
1 sorpresa (dice mi padre que una muy buena sería un billete de 500€)
Preparación:
Se pone a calentar el agua y cuando esté tibia se disuelven 50ml de ésta con la levadura, se añade medio yogur y se deja reposar hasta que doble el volumen.
Del resto añadimos 25ml sobre 50g de azúcar que reservaremos para adornar al final el roscón y los otros 50ml los dejaremos hirviendo con la mitad de la cáscara de la naranja.
Se mezclan la harina, dos de los huevos y la clara del tercero (reservando también la yema de este último para luego barnizar el roscón), el azúcar que ha sobrado, la pizca de sal, el resto del yogur, la ralladura de la cáscara del limón y la que nos ha quedado de la naranja.
Se bate la pulpa de la naranja, se pasa por el colador y se añade al agua con la cáscara de naranja. Se mezcla bien y se añade a la masa anterior.
Por último incorporarmos también la mantequilla poco a poco y la mezcla de la levadura. Se trabaja hasta que se despegue de las manos.
Se coloca la masa en un recipiente y se deja en un lugar templado hasta que aumente al doble su tamaño.
Se vuelve a amasar y dejamos nuevamente a reposar. Después se forma el roscón, escondemos la sorpresa, se pinta con la yema del huevo, se adorna con el azúcar humedecido que teníamos guardado, con las almendras laminadas y piñones.
Finalmente se mete al horno a 180º durante 30 minutos aproximadamente.
Curiosidades y consejos:
Si no tenéis calefacción y no sabéis en qué lugar templado poner la masa para que suba... yo opté por meterlo al horno a 30º simulando un ambiente algo más veraniego y parece que funcionó.
Si os gustan las frutas escarchadas podéis adornarlo con ellas, al igual que si lo preferís relleno de algo. En ese caso podéis abrirlo por la mitad y ponerle nata montada, crema pastelera, chocolate... o lo que os apetezca. A mí la verdad es que las frutas no me van nada, siempre las quito, y lo prefiero simplón para mojar con él en la leche o en un chocolate a media tarde.
Así que, nada, ya tenéis una forma más de hacer roscones. Animaros que no es complicado y disfrutad de esta tarde de cabalgata. ¡Qué los reyes os traigan muchas cosas porque seguro que habéis sido buenos!
Tiene una pinta estupenda Maria, gracias por la receta.
ResponderEliminar¡Gracias a ti por el comentario!
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