¡Qué rápido pasa el tiempo! Creo que ya me iba tocando dar señales de vida... ¡feliz año! ¿Cómo te está tratando Enero? Espero que todavía no hayas abandonado ninguno de los propósitos que te marcaste, yo sigo con ellos. La verdad es que al final, después de pronunciarme en noviembre sobre la desilusión que a veces me genera la red (puedes releer la entrada aquí), he decidido no echar el cierre a este espacio. Ya son cuatro años por aquí y quiero pensar que alguien habrá al que pueda gustarle leer mis batallas o descubrir mis recetas. Parecía que se me iba a resistir encontrar el momento de continuar con la actividad bloguera pero hoy, por fin, he podido sentarme a redactar. Voy a intentar mantener el viernes como día de publicación (aunque llegue de madrugada) pero no descarto tampoco tener que modificarlo más adelante, depende de la cantidad de trabajo y tareas que tenga. Y dicho esto voy a ver qué puedo ofrecerte hoy. ¿Te apetece una porrusalda?
Mi objetivo al cocinar es principalmente preparar platos con los que cuidarme y sentirme mejor (o cuidar y hacer sentir mejor a mis invitados, cuando los tengo). Por lo general no busco pasarme largas horas en la cocina ni que mi mérito sea hacer el plato más elaborado. Me gusta la cocina sencilla, de andar por casa, y preferiblemente rápida aunque no siempre lo consiga. No sé si alguna vez mis platos han podido parecerte sofisticados pero te aseguro que no lo son, especialmente este que traigo hoy.
La porrusalda es una receta típica de la cocina vasca, apta para economías humildes y que se elabora con dos habituales productos como son los puerros y las patatas. Además es ideal para el tiempo frío que esta semana nos está acompañando.
Ingredientes (Para 2 personas):
1 cebolla2 puerros
2 patatas
1 ajo
Aceite, sal, pimienta y vino blanco
Preparación:
En una cacerola se pone a calentar aceite. Se trocea una cebolla y se pone a pochar. Se limpian los puerros, se trocean y se añaden. Mientras van sofriendo la cebolla y el puerro se pelan la patatas, se cachan y se añaden a la olla. Se añade un ajo machacado. Se salpimenta todo y se pone un chorrito de vino blanco. Pasados 5 minutos se cubre con agua, se rectifica el punto de sal y se deja que hierva hasta que esté tierna la patata.
El vino blanco que yo suelo utilizar es el fino o la manzanilla.
Si en lugar de agua tienes caldo de verduras puedes utilizarlo.
Si quieres puedes añadir igualmente alguna zanahoria o un trozo de calabaza.
Si quieres darte vacaciones un día a la hora de cenar puedes hacer más cantidad y preparar una rica crema de puerro para otro día.
Y, aunque no es necesario porque así solo está buenísimo, si no te importa que deje de ser vegano puedes poner bacalao que también venía como ingrediente en la receta que yo cogí como referencia.
Espero que te animes a prepararla pronto y me cuentes qué te parece. Y, por supuesto, me interesaría saber si le pones o le quitas alguna cosa. ¿Cómo es tu versión preferida?
un plato ideal para estos días de frio ¡¡¡ un besote enorme guapísima
ResponderEliminar¿Verdad? No sé si te pasará lo mismo pero llevo unas semanas en la que solamente me apetecen cremas calentitas, legumbre y mucho cuchareo.
EliminarPor cierto, así de este estilo, ¿qué receta de las tuyas me recomendarías?
Besos y feliz día.